
Queridos hermanos y queridas hermanas:
Cada persona en la sociedad ocupa un puesto y presta un servicio, considerándose todo esto así, todas las profesiones y ocupaciones son honrosas porque todas son útiles y contribuyen al bien común.
El 15 de mayo habremos de reconocer a las maestras y a los maestros de nuestra Diócesis de San Andrés Tuxtla y a todas aquellas personas que de una o de otra manera, dentro o fuera de las aulas, practican la noble tarea de enseñar e instruir y encender en los niños, adolescentes, jóvenes y adultos la lámpara del conocimiento.

La educación es una obra tan excelsa que los Santos padres de la Iglesia, y múltiples autores que se han ocupado de ella, la definen como una magistratura, una paternidad y un apostolado.
Maestras y maestros: Tienen en sus manos la existencia de los niños, de los adolescentes, de los jóvenes y adultos, pues tienen bajo su cuidado su vida entera de cada día y de cada hora, por lo mismo, todo su presente y todo su porvenir, por lo que su influencia está siempre actuando y es en resumidas cuentas perpetua y universal.

Queridos maestros y queridas maestras: las palabras pueden persuadir pero el ejemplo arrastra, su eficacia es tanto mayor cuanto más suave, pues presenta a la vez la enseñanza, la exhortación y el aliento es la guía que busca encender en el interior de cada persona la luz del conocimiento y de la verdad.
Decía el filósofo griego Plutarco: 3 cosas necesita la tierra para dar cosecha abundante: buen cultivo, buen labrador, buena semilla. La Tierra es el educando, el Labrador el que educa, la semilla son los buenos principios que se han de recibir en la educación.
El Papa Benedicto XVI expresaba: “Los profesores transmiten a través de la enseñanza el amor al saber y a la verdad, el conocimiento es importante, pero aún más, la formación de la persona para que pueda discernir dónde se encuentra la verdad y tomar así decisiones libres; eduque también a los jóvenes en los valores Morales y espirituales auténticos, para quienes ayuden a encontrar un sentido a su vida".

Maestras y maestros de nuestra Diócesis de San Andrés Tuxtla que el Santo Cristo Negro de Otatitlán y la Virgen María, en su advocación es Nuestra Señora del Carmen de Catemaco, les bendiga y les acompañe en su labor educativa; y también bendiga y acompañe a todas las personas comprometidas en la formación y en la educación de nuestra sociedad, teniendo a Cristo como el modelo de maestro por excelencia.
Que Dios les bendiga a todos ustedes maestros y maestras… en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
¡Felicidades!
+Mons. José Luis Canto Sosa
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