Los pueblos originarios de nuestra Diócesis, protagonistas de la Eucaristía...
- teomormez
- 13 sept
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En la Eucaristía, el protagonista principal es Jesús, ya que se conmemora su sacrificio y se cree en su presencia real en el pan y el vino consagrados. Sin embargo, se puede hablar de "los pueblos originarios", protagonistas de la Eucaristía" en los siguientes sentidos:
1. Participación activa: Los "pueblos originarios" pueden ser protagonistas al participar activamente en la celebración, aportando sus cantos, danzas, oraciones y símbolos culturales. Su involucramiento transforma la Eucaristía en una expresión viva de su fe. (SC No. 14)

2. Inculturación: En algunas comunidades indígenas, la Eucaristía se ha adaptado a su cultura, incorporando elementos propios como la música, la vestimenta y los rituales. En este sentido, los "pueblos originarios" son protagonistas al darle un rostro propio a la celebración.
(CONSEJO PONTIFICIO DE LA CULTURA, PARA UNA PASTORAL DE LA CULTURA. No. 5&2. 23 de mayo de 1999.)
3. Testimonio de fe: La fe y la devoción de los "pueblos originarios" pueden ser un testimonio inspirador para otros participantes de la Eucaristía. "Su manera de vivir y expresar su fe puede enriquecer la experiencia de todos. No se puede olvidar, por último, el renovado interés por la inculturación de la fe. De modo particular, la vida de las Iglesias jóvenes ha permitido descubrir, junto a elevadas formas de pensamiento, la presencia de múltiples expresiones de sabiduría popular. (Fides et Radio No 61)

4. Relevancia social: En algunos contextos, la Eucaristía puede ser un espacio donde los pueblos originarios expresan sus preocupaciones y luchas sociales. En este sentido, son protagonistas al visibilizar sus problemas y buscar soluciones a través de la fe.

"Pero ahora se ha de prestar atención a otro aspecto: la « mística » del Sacramento tiene un carácter social, porque en la comunión sacramental yo quedo unido al Señor como todos los demás que comulgan: « El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan », dice san Pablo (1 Co 10, 17). La unión con Cristo es al mismo tiempo unión con todos los demás a los que él se entrega. No puedo tener a Cristo sólo para mí; únicamente puedo pertenecerle en unión con todos los que son suyos o lo serán. La comunión me hace salir de mí mismo para ir hacia Él, y por tanto, también hacia la unidad con todos los cristianos. Nos hacemos « un cuerpo », aunados en una única existencia. Ahora, el amor a Dios y al prójimo están realmente unidos: el Dios encarnado nos atrae a todos hacia sí. Se entiende, pues, que el agapé se haya convertido también en un nombre de la Eucaristía: en ella el agapé de Dios nos llega corporalmente para seguir actuando en nosotros y por nosotros. Sólo a partir de este fundamento cristológico-sacramental se puede entender correctamente la enseñanza de Jesús sobre el amor."
Benedicto XVI. Deus Cáritas est. No. 14)

En resumen, aunque Jesús es el protagonista central de la Eucaristía, los indígenas pueden ser considerados protagonistas en la medida en que participan activamente, aportan su cultura, dan testimonio de su fe y expresan sus preocupaciones sociales en la celebración.




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