DE LA CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO
Estimados hermanos y hermanas:
Unidos fraternalmente a nuestro Santo Padre el Papa Francisco, iniciamos la Cuaresma 2024 como un tiempo de gracia y conversión que nos prepara para la celebración de la Pascua, la solemnidad más importante de la vida cristiana.
Como nos recuerda el Papa Francisco, la Cuaresma es un tiempo donde Dios «educa a su pueblo para que abandone sus esclavitudes y experimente el paso de la muerte a la vida».
Somos conscientes de los grandes desafíos que enfrenta nuestro México: la violencia, la pobreza, las desigualdades, la corrupción y la impunidad, entre otros.
Como Pastores, no podemos permanecer indiferentes ante el sufrimiento de nuestro pueblo, especialmente de los migrantes, que viven un verdadero éxodo buscando oportunidades y huyendo de diversas esclavitudes.
Por esto, animamos a toda la sociedad mexicana a dejar atrás el pesimismo y la resignación para trabajar juntos en la construcción de un país más justo, solidario y fraterno.
Invitamos de modo especial a las familias, a los jóvenes y a los niños a redescubrir en esta Cuaresma el sentido profundo de las prácticas cuaresmales, dejando que a través de ellas Dios renueve sus vidas y las purifique de toda esclavitud contemporánea.
Que en este año 2024 dedicado a la oración rumbo al Jubileo 2025, ofrezcamos también nuestras penitencias, viacrucis, oraciones, ayunos y obras de misericordia por los que más sufren y, una especial súplica a Dios para que nos conceda un proceso electoral en paz que fortalezca nuestras instituciones democráticas libres de toda impureza.
Caminemos unidos en sinodalidad para revitalizar la misión evangelizadora con el Proyecto Global de Pastoral 2031-2033, que nos ayuda a discernir la ruta hacia el II Encuentro Eclesial con el impulso del Espíritu.
n este tiempo de gracia, preparando nuestros corazones para la Pascua de Resurrección.
Les enviamos nuestra bendición pastoral, deseando que este tiempo «sea para cada uno de ustedes, queridos hermanos y hermanas, un tiempo de auténtica conversión a Cristo, único Salvador del mundo», como nos invitaba el Papa Benedicto XVI.
No se olviden de rezar por nosotros, los obispos de México. Que Dios los bendiga.
Ciudad de México, 11 de febrero de 2024.
excecelente