La Iglesia como madre solícita va buscando la mejor atención de los fieles y tan pronto como lo juzga prudente y oportuno divide las jurisdicciones.
Pocos territorios como el que ocupara la diócesis de Tehuantepec, presentan tan obvias y marcadas diferencias; como si tuviese una espina dorsal de la que cuelgan sus dos extremos que van a incrustarse uno en el Océano Pacífico y otro en el Golfo de México. Desde luego, con gentes de costumbres y tradiciones diferentes.
Así el 23 de mayo de 1959, el Papa Juan XXIII con la bula "QUIBUS CHRISTIANI" creó la diócesis de San Andrés, desmembrándola de aquella y quedando Mons. Jesús Villarreal y Fierro como primer obispo titular de la nueva circunscripción.
Para los sanandrescanos fue la garantía de que en esta ciudad siempre habría obispo propiamente del lugar y desde luego, podrían contar más con su presencia e influencia. Para toda la región significó una mayor actividad evangelizadora.
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